martes, 19 de abril de 2016

El Ratón de Campo

Me consta que los ratones no despiertan mucha simpatía entre los humanos, esta aversión adquirida se debe, además de a la cantidad de enfermedades zoonóticas que pueden transmitir, a los destrozos que ocasionan en cultivos y cosechas. Para mantener el cereal a salvo de estos roedores en el valle de Aezkoa se utilizan graneros de tipo hórreo, para mantenerlos alejados de las casas tenemos por aliados a perros y gatos. 

Independientemente de la simpatía que les tengáis conviene recordar que son dieta fundamental de otras muchas especies, algunas amenazadas, que casi seguro os gustan más, como el búho real o el milano.


Los Apodemus Flavicolis y Apodemus Sylváticus son dos especies muy similares de ratones de campo. Ambos son los mamíferos silvestres más abundantes en los ecosistemas terrestres de la península. Pese a su gran parecido, es imposible la hibridación entre ambas debido a que los ratones tienen un hueso en el pene. Visualmente se diferencian ligeramente en el tamaño (sobre todo la proporción del cráneo respecto al cuerpo, siendo el Favicolis algo mayor que el Sylvaticus) y en una mancha que tienen bajo el cuello, en la región pectoral (el Flavicolis siempre la tiene entera en forma de collar mientras que el Sylvaticus la tiene pequeña e incompleta).
Diferencias del Apodemus Flavicolis (arriba) y el Apodemus Sylvaticus (abajo), Imágen extraída del libro "Guía de mamíferos de Galicia" de la editorial Baía

Tienen los ojos más vivaces y las orejas mucho mayores que los ratones domésticos (del género Mus). 

Miden entre 8 y 12 cms de largo, a lo que sumaremos una cola de 7 a 14 cms y pesan entre 20 y 50 gramos (de 16 a 35 los Sylváticos), machos y hembras son idénticos en aspecto aunque los machos sueles ser un poquitín más grandes que las hembras.

Tienen una cabeza voluminosa y alargada, de perfil ligeramente cóncavo, los ojos grandes y oscuros y la cola prácticamente desprovista de pelo. La parte superior del cuerpo es de color grisáceo, amarillento o rojizo y el vientre más claro, de color blanco o blanco crema que se distingue claramente del resto. También presentan una coloración más clara en la base de las orejas.

De jóvenes ambas especies presentan la misma coloración grisácea, cuando crecen los Flavicolis tienden a tonos pardo-rojizo mientras que los Sylvaticus siguen siendo mayormente grises.

Las extremidades posteriores son más largas que las anteriores, lo que les permite desplazarse dando grandes saltos.


Los Apodemus Flavicolis y los Apodemus Sylvaticos son especies centroeuropeas que encontraremos de manera aislada también en el sur de Inglarerra, Gales, el Cáucaso y Palestina. En la península su distribución parece restringida al tercio norte para el Flavicolis ya que prefiere los bosques húmedos de árboles caducifolios y requiere de cierta humedad ambiental (factor no limitante para el Sylvaticus, que se extiende hasta el sur). En cuanto a cotas de altitud lo encontramos desde los 300 a los 1500 metros de altura (1850 metros para el Sylvaticus).

Se reproducen de febrero a noviembre, dependiendo de la disponibilidad de alimento, así que este rango de fechas puede ampliarse con inviernos templados en los cuales se produzcan semillas, como es el caso de la región mediterránea, en donde estos ratoncillos se reproducen durante todo el año.

La gestación ronda en torno a los 25 días y tienen una prolificidad de 5,7 crías (entre 1 y 11 por parto) llegando a tener hasta tres camadas al año. Ambos sexos construyen el nido bajo la tierra con un complejo red de túneles y cámaras con múltiples accesos. Las crías nacen ciegas, sin apenas pelo, con los conductos auditivos cerrados, escasa movilidad e incapaces de termorregularse pero resistentes al frío. El destete se produce hacia los 21 días y alcanzan la madurez sexual a los tres meses de edad.

En la naturaleza, su esperanza de vida oscila entre los 10 – 20 meses pero en cautividad pueden llegar a superar los cinco años.


Se alimentan de frutos y semillas arbóreas de alto valor nutricional y su facilidad para trepar les permiten retirar los frutos antes de que maduren, cuando el alimento es abundante los almacenan en galerías subterráneas por lo que ambas especies contribuyen activamente en la dispersión de árboles y arbustos. Ocasionalmente puede consumir también pequeños invertebrados, insectos y sus larvas.   

Sus densidades varían entre ambas especies, siendo los Sylváticus más abundantes que los Flavícolis. En Navarra se estiman hasta 7 individuos por hectárea para los Flavicolis, la proporción de sexos es bastante estable y cercana al macho por cada hembra (o viceversa).

Son activos por la noche, solitarios y territoriales durante la época de reproducción pero pueden agruparse en nidos comunales durante parte del invierno, su capacidad para trepar, además de para obtener alimento, les sirve para evitar a los depredadores. Los del género Flavícolis son menos violentos que los Sylvaticus, que se revuelven y amenazan al verse capturados.

Sus movimientos son especialmente sigilosos, desplazándose sin hacer ruido para evitar atraer la atención de los depredadores que utilizan el sentido del oído para cazar.

Ambas especies son presas habituales de carnívoros de mediano y pequeño tamaño, así como de búhos, lechuzas y rapaces (nocturnas y diurnas). Los ratones de campo son el 20% de los mamíferos cazados por la gineta (Genetta genetta), eventualmente también pueden ser capturados por otras especies no especializadas como jabalíes, garzas o cigüeñas.


Ninguna de las dos especies de ratones se incluyen como especies amenazadas, si bien se las señala como insuficientemente conocidas.

En cuanto a patologías y parásitos, presentan un gran número de especies parásitas, la Taenia parva destaca como elemento regulador de sus poblaciones ya que los depredadores cazan con mayor facilidad a los individuos parasitados por dicho cestodo, también son hospedadores del piojo Poliplax serrata.


En Euskera al ratón de campo se le conoce como Basasagua (basoa = bosque, sagua = ratón

2 comentarios:

  1. Frente a una rata, el ratón no propaga tantas enfermedades infecciosas, si bien su peligro viene en forma de plaga, dado que su rápida reproducción puede afectar a la fauna y flora autóctonas.

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  2. Totalmente de acuerdo, la rata actúa como hospedadora intermediaria de un amplio abanico de enfermedades zoonóticas, al igual que la paloma, por suerte no las cuento entre los mamíferos que ahora tengo alojados por aquí. El truco es cuidar la cadena trófica y dejar que las especies se equilibren. ¡Bienvenido al blog! :)

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